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Writer's pictureJoniel Pacheco

(Des)amor en tiempos de colonización

El reggaetón como herramienta sociopolítica de las nuevas voces del género


Desde muy peque, lo más que me intrigaba del reggaetón era como expresaba ese deseo; esa aspiración, de adquirir. Estar con mis amistades en la cancha con la bocina a todo volumen era como una oportunidad para reescribir mi historia junto a quienes me rodeaban. De verme crecer y tener dinero, de visualizarme pasar del olvido a tener fama, de salir del caserío y “mala vida” para tener casa propia. Era una forma de imaginar “un futuro estable”. Dentro de este deseo, aunque no siempre fui consciente de ello, encontré que el reggaetón lograba cantar al son del beat, mi realidad. Esta es nuestra situación colonial, estar rodeado del empobrecimiento, represión y el joseo pa’ sobrevivir en un territorio que nos asfixia.


En Puerto Rico, nuestras experiencias han fungido históricamente como un reflejo y espejismo de nuestra situación colonial. Desde las pinturas de Francisco Oller retratando la condición socioeconómica y religiosa de su época hasta la bomba como un género con memoria, cuidado colectivo y representación ancestral. Sin duda alguna, algo que siempre afirmaré, es el reggaetón como una herramienta para reflexionar sobre nuestras realidades sociopolíticas a través de la manifestación artística. Basta con (re)escuchar a Ivy Queen y su himno Muchos quieren tumbarme donde la potra entra en diálogo sobre la realidad de violencia de género que enfrentan las mujeres en el archipiélago. También con el disco El Abayarde del gran maestro Tego Calderón, quien botó la bola hablando de represión policial, abandono del estado y del racismo rampante que nos sofoca. Podemos dialogar al fenómeno Benito Ocasio con sus canciones como el Apagón o su gran frase “7.25 bo, con eso no se vive”.


Con los cambios dentro del género urbano, también ha emergido una nueva ola de artistas que proponen quebrantar las lógicas tradicionales del género y revolucionarlo. Ejemplo de ello, lo son: RaiNao y Cita, dos mujeres que desde sus experiencias, realidades y estilos únicos han dado la tela con su talento radical. Estas no solo traen consigo su talento, sino que también nos invitan a repensar nuestra situación colonial y a aterrizar el arte como herramienta colectiva para un resurgir político. Mucho pudiera expresar de estas dos mujeres. Sin embargo, lo más importante para este diálogo, fue la conexión que tuve al escuchar sus canciones y sentir como revivieron en mí emociones de amor y duelo, esperanza y perdida. De ver como el amor y personas a quienes amo se me fueron de las manos. Para arrancar con este análisis se me hace esencial centrarme en el amor, en las relaciones afectivas y las rupturas del colonialismo en estas.


Tanto Cita en su canción “Isla bella”, como RaiNao en su canción “Mi Piscis” expresan que están junto a quienes consideran el amor de su vida. Ambas se encuentran en etapas distintas de sus vínculos afectivos. Cita le expresa a su amiga que se topó con un hombre:“Qué me despertó el sol, Lo miro a los ojos, Y me llena de Calor. Me tiene levitando…”. Mientras, RaiNao nos deja saber que este vínculo no es nuevo:“…desde la high notitas nos pasamos, siempre en high la notita si fumamos…”.

Ambas cantantes cuentan con algo en común. Estas presentan estar en un espacio de amor, en una relación sana y genuina. RaiNao nos deja saber que mantiene una relación de confianza con su pareja: “…tú organizas to’ el revuelo, vete al frente, yo te velo, corre libre, no te celo…”. Cita también nos refuerza esta confianza en su relación:“Un amor sano es posible. Si pasara algo lo hablamos y creamos base firme”.

Estos vínculos les hacen aspirar a más, a seguir creciendo. No es casualidad que Cita nos confiese: “yo me dejo hasta preñar”. Tampoco es coincidencia que RaiNao exprese:“por ti llego a Dubai pedaleando”.


¿Quién no quisiera estar en una relación donde los vínculos sean sanos, asertivos y saludables? ¿Dónde te sientas amade y que tu pareja está dispuesta a crecer contigo? Sin duda alguna, como seres sociales siempre, incluyéndome, estamos en la búsqueda de relaciones que satisfagan nuestras necesidades. Sin embargo, cuando uno vive en desastre, en incertidumbre e ineficiencia política, se genera una esfera de austeridad, algo nos obliga a tomar una decisión. Cita expresa su preocupación: Toca decisiones que no sé ni como decirte… pero la cosa está difícil, bandearme ya no es easy”.

Y de la nada pasa lo inesperado. La realidad de Puerto Rico que nos obliga a desplazarnos, a partir en búsqueda de nuevas oportunidades y supervivencia. Esto sucede en las expresiones de nuestras cantantes. Cita nos cuenta que: “En busca de progreso y PR en retroceso. Cumplieron con su meta, me sacaron de mi terreno”. Mientras RaiNao inicia un diálogo con su novia quien le dice:“Yo se que esto es súper repentino pero, están pasando un montón de cosas… y nada que una de ellas es que me voy de PR”.


No es azaroso que Puerto Rico haya tenido masivas olas migratorias en las últimas décadas. Que haya más puertorriqueños al rededor del mundo que en nuestro propio cuerpo de tierra. Esto me hace preguntarme ¿Cuál fue el motivo principal que motivó estos dos desplazamientos? ¿Serán los efectos de la Junta de Control Fiscal, el salario mínimo que no da ni para un galón de gasolina? ¿Será por problemas de salud que no pueden ser atendidos a causa la precariedad del sistema de salud o la migración masiva de profesionales médicos? ¿Será que perdieron sus hogares por los últimos huracanes o desahucios por qué vendieron propiedades bajo la Ley 22? ¿Será buscando mejores oportunidades para sus crías por qué no se ofrecen servicios de calidad educativos o por qué desean cerrar recintos del único sistema universitario público del país? ¿Será porque la violencia de género amenaza día a día a nuestras mujeres y personas feminizadas? Sin duda alguna, cual sea la razón, la búsqueda de nuevas oportunidades se traduce a la migración. Migración que crea una ruptura en nuestra cotidianidad y desorden en nuestra rutina, que nos hace cambiar el canto del coquí por el frío ensordecedor, amistades por mejor educación y el amor por mejor acceso a servicios esenciales.


Ser un territorio colonial ha afectado nuestra socialización, nuestros sistemas políticos, educativos, culturales de salud entre otros. Sin duda alguna el efecto más conocido ha sido la diáspora puertorriqueña. El colonialismo ha obligado a les puertorriqueñes a migrar, a optar por el (de)sueño americano para sobrevivir y querer ofrecer a nuestras familias un mejor estilo de vida. Reconocemos que no queremos irnos, sabemos no será vida de sueños y color de rosa, aun así, parece ser la única opción viable. Sin embargo, poco se habla de los efectos psicológicos y las rupturas amorosas que el colonialismo nos obliga a realizar. Estas dos canciones reflejan cómo la colonización ha fungido como barrera en nuestra forma de relacionarnos con otres. Nos ha condicionado desde la duda y el dolor, ha entorpecido los modos de vincularnos. Como genera rompimientos violentos en nuestros lazos afectivos. Peor aún, todas las situaciones que nos rodean no -me- nos permite llorar, sentir, dar cierre y sanar estos vínculos desplazados. Todo se nos hace tan repentino, la austeridad no nos permite pararnos a descansar, a sentir. Apuesto a que no soy la única persona, con miedo a encariñarme e iniciar nuevos vínculos mientras me respira al oído la incertidumbre de no saber si mañana, estaré empacando mis maletas. No he sido el único en ver familiares partir, en acompañar amigos al aeropuerto. En llorar ese amor y pensar “¿Qué hubiese sido de nosotres si no tuviese que irse del país?”. Puede que este no sea el momento para iniciar otro diálogo, pero podemos incluso preguntarnos ¿Esto solo obstaculiza nuestra forma de relacionarnos o llega al punto de impedir el desarrollo de nuevos vínculos? Ciertamente al mundo colonial no le favorecen los humanos que sienten, que expresan, que crean conciencia emocional.

Estas canciones y estas dos grandes artistas nos invitan no solo a jayarnos y disfrutar, sino también a sentipensar y crear arte con conciencia. Nos invitan a profundizar en los efectos de la dominación colonial en nuestros vínculos sexoafectivos, amistosos, familiares entre otros. A detenernos y sentir, a permitirnos dialogar del amor y el duelo. El tiempo en la tropicolonia, es un círculo vicioso movilizado por extrema violencia de nunca acabar. Mientras continuemos en dicha relación de poder, el reggaetón tiene que mantenerse presente como herramienta de resistencia y sentir, tiene que permanecer y adaptarse a las viejas-nuevas emergentes situaciones de nuestro país.

 

Edición de texto por: Fabo Feliciano-Graniela y Samantha Nicole Pérez Vélez

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