Ana Macho crea un mundo mágico, psicodélico y lleno de amor en su nuevo álbum ‘Realismo Mágico’.
Los proyectos high concept y las historias bien relatadas son la especialidad de Ana Macho. En Bairopolis, nos enseñó un universo jocoso, fantástico y lleno de superheroínas que salvan el mundo con su perreo y patería. En Frío Tropical, sentimos la añoranza del calor de la isla que comparte la diáspora durante el invierno. Entre EPs y sencillos, la artista multifacética nos ha demostrado el talento que tiene para crear universos utópicos en donde lo cuir toma protagonismo.
Realismo Mágico es único en su naturaleza. El nuevo disco de la popstar caribeña nos lleva por una historia de amor y desamor, y en el proceso nos muestra lo que es salir de una relación amorosa habiendo aprendido más sobre uno mismo. Ana Macho proyecta, a través de siete canciones, lo que es enamorarse en el Caribe. Está más atado a la realidad que sus proyectos pasados, pero la magia se mantiene presente. La magia está en los sonidos del mar, de las cascadas, los pájaros en la playa, la noche calurosa del verano; es la magia que nos ofrece la naturaleza caribeña. Ana Macho la trae a center stage para recordarnos que vivimos en un lugar mágico en donde hasta la historia de amor más común se siente como un cuento escrito por la mismísima Mayra Santos Febres.
La oda a la naturaleza caribeña surge desde un lugar de mucha admiración y amor. En el transcurso de crear el disco, Ana Macho se adentra en la cosmología de lxs taínxs y arahuacxs.
“No shade to christianity ni nada —ni otras religiones— pero yo nunca he estado en el Medio Oriente, ¿me entiendes? Yo no sé. Me estás contando historias de una cultura que no es mía. Pero, de repente, leer leyendas taínas es como que “pero esto es aquí, ¡yo entiendo!”. Yo te compro esto, ¿me entiendes? Veo la magia en esto. También esa fue una de mis inspiraciones en Realismo Mágico y todo se conecta con nature, el setting, dónde estamos, cómo el mundo donde estamos influye lo que estamos viviendo, lo que hacemos y como vemos las cosas”.
Así como Bad Bunny y Buscabulla, la artista crea un mood bien palpable en su álbum. Es esa atmósfera veraniega que se sobrepone sobre nosotrxs tan pronto llega mayo, y nos encontramos buscando cualquier excusa para ir a la playa, al río, a la montaña o simplemente hacer un roadtrip. El proceso es recíproco: el Caribe sirve como el telón de fondo de la historia de amor relatada, pero también nos enamoramos del Caribe en el camino.
Hay una intimidad entre Ana Macho y quien escucha el disco que no estaba presente en los proyectos anteriores. Las canciones hablan desde una voz interna, así invitándote a un espacio recóndito en donde puedes dejar ir tus inhibiciones. Ese lugar es un bosque mágico al lado de la playa —o al menos así lo describe la popstar—, el sitio en donde las condiciones están perfectas para disfrutar de Realismo Mágico. El camino al bosque solo es posible con psicodélicos, pues fue en un viaje de psicodélicos en la playa donde Ana conceptualizó el álbum. Drogas en la Playa comunica esa intención perfectamente.
“Drogas en la Playa es la primera canción que escribí para el disco. La escribí justo antes de irme para Nueva York. Mi farewell party, fuimos para una playa escondida e hicimos [redacted]. Estuvo cabrón. Fue súper, súper cabrón, bien hermoso, bien sanador y me encantó. 20/10. Yo también soy bien proponent de psychedelics and drugs como método de sanación porque I really believe in do them responsibly, en ambientes bien particulares y de una manera responsable”.
Consumir drogas en la playa con alguien puede ser un acto muy íntimo, y ese es el sentir que retrata la artista. Te invita a abrazar esa vulnerabilidad e intimidad, que fluyas con el vaivén del trip y que en el proceso descubras nuevas facetas sobre ti.
“Es que yo tenía bien claro donde está el disco pasando, que es como en un bosque mágico al lado de la playa, bien colorido. ¿Me entiendes? Te metiste hongos, estás viendo cosas, pero siendo bien introspectivo. Lo baso mucho en cómo se siente estar drogada. Mamá, tú estás en la tuya pensando. Hay momentos en el trip que tú estás súper eufórica, bien explosiva, y hay otros que estás bien en la mala, otro que estás teniendo como breakthroughs”.
Un álbum de Ana Macho no está completo sin sus colaboraciones, y en esta ocasión nos sorprendió. La popstar invitó a raperos de la escena local, Enyel C y Robertito Chong, para que la acompañaran en este nuevo universo. Enyel C a.k.a. Angelito, fluye cómodamente en el perreito de Clásico y también fue co-productor en el tema Amiga. La confianza y dinámica juguetona entre la artista y el rapero solo enriquece la magia del disco.
“Yo estoy enamorá, él es como un Harry Styles caribeño. Me encanta porque Enyel y yo también tenemos muchas de las mismas referencias, los mismos colores, como que, trabajar con Enyel es como tan fácil porque we get it, we get it, we get it”.
Amiga es un personal favorite. Los boleros se han convertido en una estampa única del estilo musical de Ana Macho, un aspecto que la separa del resto de lxs artistas que están creciendo a su lado. Sus boleros son una combinación perfecta de amor y humor, y le dan el espacio para flex su talento como cantante. En Space Caco nos enamoramos de un caco de Caguas que guía un Honda Civic, y en Amiga añoramos a lxs amigxs que se van de la isla para perseguir sus sueños.
La magia de Amiga yace en la manera que el tema desdibuja las barreras entre el amor romántico y el platónico. La melancolía es tangible y canta con la ternura que se comparte entre amigxs verdaderxs. La producción de Enyel C emana el mismo sentir que su propio tema Honey, un cariño sincero que merece ser cantado a los cuatro vientos.
“Pienso que es bien vulnerable, es bien como súper cute. Habla mucho de la amistad, como es una carta de amor a la amistad, pero también hay un desto romántico. Yo pienso que lo platónico y lo romántico se parecen un montón. So yo quería que fuese como una, like un romance song a una persona con que… que tu amas mucho. ¿Me entiendes? Para mi un amigo pues, te cuida, te sana. El amor se supone que sea como care taking y bien sanador. So quería una canción que reflejara eso. [...] No la hice con la intención particular de en ese momento yo estaba como que “voy a hacer esta canción para el disco de Realismo Mágico”, pero cuando la hice yo estaba como que, es que esta canción tiene que estar en Realismo Mágico. Como que ésta es una de las canciones más realismo mágico de todas”.
Si bien no nos esperábamos escuchar al hometown legend de Río Piedras en un álbum de Ana Macho, cuando le pegas un oído a Caribbean Style entiendes que no había otra persona que pudiese acompañarla como Robertito Chong. El collab es un no-brainer, ambxs saben bailar entre lo jocoso y la crítica anticolonial magistralmente. El tema es la continuación natural a No Hace Falta, una oportunidad más para la popstar subrayar su sentir sobre la invasión gringa. Sin duda esta será la canción que nos tendrá cantando en unísono: “¡Pa’l carajo los colonos, ellos quieren ser nosotros!”.
“I want to be Miss Universe because I would like to travel the whole universe and, for me, getting to know every human being on this earth would be the most perfect thing in the whole world.”
Ana Macho, más que todo, es una diva. Las divas siempre están exactas, bien producidas y deslumbrantes; no tienen ningún problema con la fama. Así que no es una sorpresa que el vibe de Realismo Mágico sea inspirado en las divas y la estética de la década de los ochenta. Mujeres como Rocío Durcal, Isabel Pantoja y Marisol Malaret son el blueprint de toda la esencia del disco.
Las baladas ochentosas pueden ser desgarradoras, lo sabemos. Las hemos cantado a todo pulmón en una vellonera de algún chinchorro de Puerto Rico. Las divas no le tienen miedo al dolor ni a enamorarse una y otra vez, pues es de esos sentimientos intensos que nacen sus mejores temas. Nuestra popstar estaba más que enamorada, estaba down bad, cuando surgió la idea del proyecto. Escribió con el corazón en la mano, permitiéndose ser más vulnerable y romántica que nunca.
“Me enamoré de mi ex pareja, so uhm, fue un experiencia bien cabrona como que bien bien cool, bien cool, bien cool. Me enseñó un montón y yo de por sí siempre he sido bien romántico. Yo he escrito canciones desde siempre y en quinto grado yo estaba escribiendo como baladas de amor, como que that was me. Y si tú buscas como que en Soundcloud y cosas, las cosas que vas a encontrar mías son como baladas bien intensas, pop, como que yo siempre he sido un bolerista como que yo siempre estoy pa’l drama. Pero fue cuando empecé a ser Ana Macho que empecé a explorar otras cosas. Y ahora se siente un poquito, como que, pues estoy going back to my roots como escritore”.
Llueve es el perfecto ejemplo de la balada ochentosa y épica que la artista menciona. Se llora y se extraña, pero también se sana en el camino. Ana nos enseña a salir de la relación con una mirada optimista y agradeciéndole a la persona por la experiencia que fue compartir ese tiempo juntxs.
“Es como bien Coldplay, bien britpop en la producción. Esa Llueve, más que todas, es eso que yo te decía. Es una canción que yo escribiría cuando tenía 13 o 14 años. Pero también, algo de Llueve... en verdad es bien triste, pero yo no la encuentro tan triste. [...] A veces la vida te está yendo súper bien hasta que te está yendo súper mal. The whole point es que está bien estar con alguien y que te ayude a través del proceso, que sea un apoyo cuando estés en la mala. Pero al final hay luz”.
Abriéndose al dolor —algo que no solemos ver en Ana Macho— experimentamos una especie de fusión entre el personaje y quién lo creó, Karhu. Ahora, más que nunca, es imposible separarlxs. Es la primera vez que no escuchamos a la artista hablar en tercera persona y en ningún momento está presente el nombre Ana Macho. Ahí está lo especial del disco, en la habilidad que tiene su música para sanar sus heridas e integrar diferentes facetas de un solo ser.
“Trato de crear arte bien lindo, bien tierno, bien honesto. Sin pretensión, 0 negatividad, 0 bad vibes. Así que es bien sanador, bien genuino”.
La canción final del disco, Pero Gané, demuestra esa combinación sónica con la que Ana Macho le encanta jugar. Estructural y líricamente es una canción de trap, pero sobrepuesta en una pista de pop. ¿Qué más Ana Macho que eso? El video, dirigido por Josh Anton, nos presenta a la popstar como luchadora junto a Harold Cabrera y proyecta un sentir de triunfo que cierra perfectamente el álbum.
El último año de Ana Macho ha sido uno de mucha exploración y crecimiento. Su relación con Mitchell, productor del disco y líder de La Maldad, ha permitido una experimentación creativa que la popstar no había podido lograr hasta el momento. Hay una búsqueda constante de lo próximo, por mejorar, por afinar ese sonido que sigue formándose. Igualmente, ha trazado lazos con los otros integrantes de la escena local; poco a poco encontrando su lugar y sintiéndose más segura en su propuesta musical.
“Me siento bien diferente ahora que me hubiese sentido antes, pero creo que estoy coming into my own. Ya yo tengo 24 años, yo vengo haciendo esto desde que tengo 18 años. Soy joven, pero soy una vieja. ¿Me entiendes? En la escena de drag, en la escena queer. Yo me siento como una profesional. As opposed to antes que yo me sentía como una amateur just trying to see what the fuck i’m doing. Ahora es como que “no, yo soy una profesional. Yo sé de lo que estoy hablando”. Me encuentro en muchos espacios en donde me siento muy equal a otras personas que yo también considero como profesionales. Yo estoy bien tranquila en la mía. Lo más importante para mi es que la gente no diga que soy un monstruo. Quiero que digan que soy una buena persona y que yo sigo haciendo cosas por mi, por mis cosas y por mis proyectos, que siempre estoy trabajando en lo próximo. En la escena local me siento apoyada, amada, pienso que soy como del canon de las mariconas.”
Ana Macho y Karhu solo están comenzando a regalarnos todo lo que tienen para ofrecer. No me cabe duda que el concepto y el sonido seguirá evolucionando en el camino, porque nunca hay un dull moment cuando se trata de nuestra cuir popstar caribeña. Si hay algo que nos podemos llevar de Realismo Mágico, es que recordemos que siempre ganamos cuando nos permitimos amar y ser amades, especialmente en el Caribe.
Edición de texto por: Samantha Nicole Pérez Vélez
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